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La compartida experiencia de ver a los bebés moverse y crecer, expresada a través de las sonrisas de los recién nacidos, une a la gente de todas las caminatas de la vida. Es un recordatorio de que, sin importar nuestras diferencias, todos estamos conectados por nuestro deseo de amor y por las innumerables expresiones de felicidad que estos pequeños seres traen al mundo.
La alegría y la dicha que estos bebés aportan al planeta nos conectan, trascendiendo las barreras de nuestra diversidad y llenando el mundo de un amor compartido y una expresión de felicidad.
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